Altamiza | Y así cerremos el año

Altamiza | Y así cerremos el año

Eva Gaytán

Regularmente al final de cada ciclo nos da por pensar que seremos mejores. Mejores hijos, mejores padres, mejores trabajadores, mejores seres humanos, ser más ricos y más delgados o más gordos o cualquier cosa que nos convierta en una mejor versión de nosotros mismos.

Es para finalizar cada año cuando esto incrementa, entonces sí nos deschongamos mamalón.

Bueno, los mejores seres humanos lo hacen; por mi parte siempre he sido consiente de que soy la mejor versión que he podido crear de mí desde que nací, siempre he sido floja, siempre he sido culera y siempre lo voy a ser, pero me emociona saber que mis amigos y mi familia no lo son.

En el transcurso de esta semana he estado leyendo en muros de muchos contactos sus reflexiones de fin de año, en las que en muchos casos analizan sus logros alcanzados, a mí me gusta más reflexionar en las mil maneras en las que valí madre durante el año.

Y aunque usted, ínclito lector no lo pudiese creer este ha sido uno de mis mejores años, uno de esos en los que no valí tanto madres .

Este año mi Ser Supremo y sus elementos aliados me dieron la oportunidad de que me corrieran de un lugar en el que había dejado de ser feliz… en ocasiones la maldita costumbre nos impulsa a seguir aferrados a un espacio del que ni de pedo nos alejaríamos si no fuese porque nos echan.

Nos aferramos a permanecer en espacios donde nadie estima ni valora la labor que realizamos; quedarse sin un empleo sí puede llegar a ser una calamidad y eso repercute terriblemente en fechas de cierre de ciclos, a menos que comprendamos que el empleo es una modalidad para ganar dinero, no una oportunidad de vida.

En ciertas fechas es mejor dormir hasta tarde luego de acostarse temprano; cuando tenemos mamás viejitas es grandioso desayunar con ellas sin prisas y volver a escuchar las pláticas que afortunadamente hemos escuchado.

Es bonito saber cómo va la hija en la universidad y tomar su mano cuando siente que las materias no están siendo tan sencillas como en su momento creyó.

Es maravilloso que un médico te revise y repentinamente te diga “sus riñones están de maravilla”.

Al cierre del año me doy cuenta que este ha sido el mejor año de mi vida, en el que afortunadamente mucha mierda se fue de mi lado y quizá se fue para dejarle espacio a la mierda nueva que pueda llegar, pero ¿qué sería de nosotros si no fuera así? Seríamos una bola de estreñidos con temor a aceptar riesgos a comprometerse de nuevo y a agradecer al Ser Supremo la oportunidad que nos da de empezar de nuevo, en ocasiones desde cero y solos, en ocasiones tomados de la mano de una mamá viejita, una hija maravillosa, un montón de hermanas, un hermano en el cielo y un papá que gracias a Dios se fue a cielo con menos dolor del que muchos creímos que tendría.

Cerramos un año con muchas cosas materiales menos, pero debemos agradecer en nuestras mesas estarán nuestros seres amados y los que no lo estén es porque andan mochileando o no viven en nuestras ciudades, pero viven y eso es lo importante.

Salud por todos mis amigos y hoy también por mis enemigos.

Sociedad transparente | Los retos mayúsculos para este 2025

Sociedad transparente | Los retos mayúsculos para este 2025

Autonomía económica de las mujeres | Un año de oportunidades para las juventudes zacatecanas

Autonomía económica de las mujeres | Un año de oportunidades para las juventudes zacatecanas