El Espectador | “Vincularme”
“Mis propias posibilidades”
Alex Bravo*
¿Puedo realmente comprometerme a cumplir lo que diría que haría? los motivos que me impulsaron a decir que yo haría algo ¿los mantendré en los días siguientes?
Por cuestiones de mi trabajo suelo saturarme de actividades, lo que me hace chocar con otros compromisos a los que me invitan a participar. En algunos llego a contestar con un NO directo, pero en otros lo hago con un SÍ, aunque confieso que lo concibo lleno de incertidumbre, ¿por qué? En primera ¿con qué certeza puedo decir que estaré ahí el siguiente año? En realidad, cualquier contingencia me puede ocurrir, puede ir desde un accidente hasta una tragedia y en el peor de los casos, la extinción de mis propias posibilidades.
Ahora, si a mí no me llegara a pasar nada malo, ni a mis seres queridos, queda el hecho de presentarme con el compromiso que hice de asistir, aunque ¿es algo con lo que yo me siento satisfecho? en primera respuesta puedo reconocer que sí, que tengo el deseo de querer cumplir con mi palabra, como del mismo modo el de querer estar presente.
Además, puedo igualmente perder el deseo, como el interés en querer ir, aunque como ya dije que yo iría, me siento comprometido a tener que ir, desapareciendo entonces el deseo, siendo así, una acción que me forzó a emprender. Aunque, el deseo, el compromiso y hacer las cosas a la fuerza, existe una gran brecha.
Un día previo para asistir al evento, sabré que tengo que cumplir con mi compromiso, pero también, que me estoy obligando a ir. Habrá quien responda; “si no quieres ir, pues no vayas” y claro que existe esta opción desde mi propia libertad, pero también coexiste el temor al juicio y reclamo de los “otros” ¿Cuántas de tus decisiones, las tomas pensando solamente desde ti? ¿Cuántas veces, sigues estando en un lugar, por el “deber ser” para otros? De vez en cuando deberíamos hacer una pausa a todo lo que sea que estemos haciendo.
En palabras de Gabriel Marcel hay que; “examinar en qué medida tengo el derecho a vincularme”.
*F.H.E.
