La familia | La educación y la hiperconectividad
“Pensar, sin aprender, es cansado y peligroso. Aprender, sin pensar, es vano”
Susana Sánchez*
El regreso a clases representa un desafío y una oportunidad para replantear las estrategias pedagógicas que favorecen el rendimiento escolar y promueven la integración de habilidades adaptadas a un mundo cada vez más digitalizado. La hiperconectividad y la sociabilidad en redes sociales que caracterizan a las nuevas generaciones no deben verse solo como obstáculos, sino como herramientas potenciales para mejorar la captación y el procesamiento de la información.
El reto es encontrar como mejorar el rendimiento escolar y la integración de toda la información que reciben nuestros hijos, ya que todos son nativos digitales y es la tecnología la que viene guiando nuestra vida y nuestra sociedad, la cultura, los valores y la interacción.
Nuestros hijos son personas más comprometidas con su crecimiento personal, están más preocupados en formarse a sí mismos, cambian los valores y se enfocan más en su propio desarrollo. No están dispuestos a trabajar tanto, la inmediatez rige su vida, lo cual los hace menos tolerantes a la frustración, no pausan ni trabajan en la paciencia. No entienden que un retraso puede ser más bien una acción de cuidado.
No conciben su vida sin tecnología cerca de ellos, no saben qué hacer en un apagón de luz o si se les termina la pila de su celular, y es precisamente por esto que los padres debemos sacar provecho y encauzar estas características de las generaciones en turno en lugar de solamente ver las desventajas de la hiperconectividad-
La hiperconectividad, entendida como la capacidad de acceder a información y comunicarse de manera constante a través de dispositivos digitales, puede convertirse en un recurso valioso en el entorno familiar y escolar. Las plataformas y aplicaciones de aprendizaje colaborativo ofrecen espacios para centralizar contenidos, fomentar la participación activa y permitir el acceso inmediato a recursos educativos.
Sin embargo, es crucial educar a nuestros hijos sobre cómo filtrar y evaluar la información. La sobrecarga de datos puede ser un problema si no se desarrollan habilidades de pensamiento crítico. Por ello, incluir actividades que enseñen a discriminar fuentes confiables, sintetizar información y aplicar conocimientos es esencial para potenciar la hiperconectividad en beneficio de la formación y el aprendizaje.
De igual modo, las redes sociales, más que el impacto negativo que le atribuimos ofrece también oportunidades importantes de integración educativa, pudiendo utilizarse para difundir contenido valioso en formatos atractivos y asertivos, adaptados a los intereses de cada chico y que aumenta la motivación y desarrolla habilidades comunicativas y tecnológicas clave en el mundo actual.
Los desafíos de la hiperconectividad son muchos, entre ellos podemos destacar la distracción, la desinformación, la sobre estimulación, el ciberacoso y el aislamiento. Es por eso que como padres debemos estar atentos para encauzarla y dar una adecuada educación digital, incluyendo estrategias para gestionar el tiempo en línea, proteger su privacidad y desarrollar una conducta responsable en redes.
Además, los padres debemos mantener un monitoreo activo, sin ser invasivos, pero si marcando limites firmes, indicando contenidos peligrosos y sobre todo, formando en valores que les enseñen que más allá de lo que ven y escuchan, está un desarrollo pleno de la personalidad, una autoconfianza y una autoestima sanas y una familia que nutre, educa, forma y ama, lo cual ayuda a transformar el aprendizaje en una experiencia más inclusiva, más dinámica y que nos prepara mejor para los desafíos por venir.