La familia | La ocasión perfecta
“Recordemos que en la Navidad creamos recuerdos significativos que quedan para siempre…”
Susana Sánchez*
La Navidad despierta una amplia gama de emociones, es una época con una profunda carga espiritual y emocional, está ligada inevitablemente a muchos sentimientos, emociones y sensaciones a nivel personal y especialmente a nivel familiar.
Las familias experimentan durante la Navidad una experiencia única llena de sentimientos, tradiciones, expectativas y afectos que en algunos casos no son positivos, surge la alegría, la nostalgia, la esperanza, la ansiedad, la tristeza y la efusividad, a veces todo mezclado y todo al mismo tiempo.
Cada uno de estos sentimientos contribuye a la profundidad de la experiencia navideña, haciendo de esta ocasión una única cada año e irrepetible por muchos motivos.
Ahora bien, ¿cómo podemos vivir una linda Navidad sin dejar a un lado nuestros sentimientos y emociones, pero si canalizándolos hacia un motivo más sobrenatural y sin perder de vista la ocasión por la cual las familias nos reunimos y convivimos?
Ante todo, debemos privilegiar la unión familiar y la sana convivencia, dejando a un lado las expectativas poco realistas sobre el festejo, dando paso a una actitud positiva, pacifista y de armonía, sin ser cada uno un obstáculo para una velada placentera.
Es importante también hacer un ejercicio personal sobre lo que cada uno está dispuesto a dar en la Navidad y no solo a recibir; y no hablo de regalos materiales, sino de acciones que tiendan puentes en lugar de construir muros. Tal vez podamos ser más generosos, más pacientes, más empáticos o acomedidos, cada uno sabe lo que necesita poner en la mesa y que virtudes aportan a una feliz Navidad.
Algo que nos puede ayudar es rectificar nuestra intención a la hora de compartir la mesa, si privilegiamos la unión familiar, las relaciones sanas, el amor y la alegría de estar juntos vamos por buen camino. También nos ayudará tener en la mira el propósito principal de la celebración, que es conmemorar la venida al mundo del hijo de Dios para salvarnos,
Que mayor alegría que saber que Dios vino y que su nacimiento representa para todos, la oportunidad de salvarnos con nuestras acciones, con nuestro amor a todo lo que hacemos, con nuestra caridad hacia el prójimo –que, por cierto, es el más próximo, léase “familiar”- y con todo lo que nos acerque a nuestro fin último, que es irnos al cielo.
Recordemos que en la Navidad creamos recuerdos significativos que quedan para siempre, esto nos puede ayudar a pensar que recuerdos queremos generar en nuestro entorno y como queremos que nos recuerden.
Tal vez ayude si cada uno somos más generosos no solo con regalos, sino también en cuanto a tiempo, atención y cariño, si somos más agradecidos con todo y con todos, si contamos nuestras bendiciones y nos enfocamos en lo que si tenemos; si perdonamos y pedimos perdón dejando atrás rencores y resolviendo conflictos en lugar de generarlos, reconociendo que nadie somos perfectos y que esta es una perfecta ocasión para que sanemos heridas, estando dispuestos a dejar atrás los agravios y justificando siempre a los demás para no tomar nada personal.
Ser empáticos, teniendo la capacidad de ponernos en el lugar del otro es otra actitud para una Navidad feliz en familia, cada uno puede influir en cómo se vive esta época del año y reconocer y respetar las emociones de los demás, brindándoles apoyo emocional es un hermoso regalo de comprensión.
La Navidad es una festividad que, por su naturaleza, implica muchos preparativos, para que todo fluya, es crucial que todos los miembros de la familia adopten una actitud de colaboración, de responsabilidades compartidas, de paciencia, de simpleza, de respetar las tradiciones familiares y de crear nuevas que se adapten a las nuevas realidades de cada familia, equilibrando el respeto por el pasado con la flexibilidad de adaptarse al presente.
Finalmente, tenemos el deber moral, cada uno de fomentar la alegría y el optimismo, de querer mucho a los nuestros coadyuvando entre todos a formar un ambiente cálido que fortalezca los lazos familiares y que logre convertir la Navidad en una verdaderamente especial, llena de felicidad y amor.
¡Feliz Navidad a todos!!