Comunicar y conectar | 2025: El año de conectar de verdad

Comunicar y conectar | 2025: El año de conectar de verdad

"En 2025, conectemos de verdad: menos pantallas, más abrazos; menos apariencias, más humanidad; menos ruido, más momentos auténticos"

Erika Macedo*

El inicio de un nuevo año siempre trae consigo la oportunidad de reflexionar sobre lo que realmente importa: nuestras conexiones humanas. En un mundo donde las redes sociales ocupan gran parte de nuestro tiempo, es momento de pensar cómo influyen en nuestras relaciones y en nuestra manera de comunicarnos.

Hoy más que nunca, las redes sociales son una herramienta poderosa. Nos permiten enviar mensajes de esperanza, compartir propósitos y mantenernos cerca de quienes están lejos. Pero también nos invitan a preguntarnos: ¿estamos verdaderamente conectados o solo aparentamos estarlo? Muchas veces nos enfocamos más en mostrar una vida perfecta que en vivirla con autenticidad.

El caso reciente de Sergio "N" y Santiago "N", acusados de un delito grave, ilustra el impacto de la comunicación en el ámbito público. Las redes no solo difunden información, sino que también moldean percepciones y opiniones. Esto nos recuerda que, en un inicio de año lleno de propósitos, debemos ser más responsables con lo que compartimos y cómo lo consumimos.

Pienso en las familias afectadas por casos como el mencionado y me pregunto cómo el escrutinio público y el ruido mediático afectan su vida diaria. Este inicio de año debe ser un llamado a la empatía, a reflexionar sobre cómo usamos las redes y cómo nuestras acciones impactan a los demás.

Comenzar el 2025 nos da la oportunidad de recuperar lo esencial. La comunicación efectiva va más allá de las pantallas: significa escuchar, entender y construir relaciones reales. Las redes pueden ser una herramienta para acercarnos, pero jamás sustituirán un abrazo, una mirada sincera o una conversación profunda.

En este 2025, mi propósito es claro: dar prioridad a las conexiones genuinas. Hablar más con quienes me rodean, escuchar activamente y valorar los momentos cara a cara. Porque los mensajes en línea pueden llegar rápido, pero las relaciones reales son las que verdaderamente nos sostienen.

Este nuevo año es una hoja en blanco. Aprovechémosla para construir puentes, para elegir la comunicación que nos une y no la que nos separa. Porque al final, lo más valioso no es lo que posteamos, sino lo que vivimos y compartimos en el día a día.

Así que abracemos este 2025 con el corazón abierto y el propósito de ser más humanos, más presentes y más auténticos. ¡Hagamos de este año el inicio de un cambio real en nuestra manera de conectarnos!

El Espectador | 2025

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